La inseguridad y el miedo son elementos esenciales para que se desarrolle una política criminalizada, segregada y transformada, con la participación de las Industrias Culturales, en enemigos del Estado. Se construye un estigma que es reforzado por la lógica punitiva. El enemigo/los peligrosos deben ser enfrentados para garantizar y mantener el poder establecido. La necesidad de contener y reprimir puede ser expresada a través de diferentes formas de segregación y políticas de precarización, estigmatización, prejuicio.
Estos factores expresan un escenario social con inmensos desafíos, entre los cuales están la producción estructural de precarización y violencia, que a su vez ha encontrado como respuesta una creciente política de criminalización. La adhesión al orden establecido se realiza a través del miedo y de la inseguridad, la sociedad refuerza una dinámica de contención y disciplina. Se está enfrente de la barbarie civilizada, que destruye al hombre y a la humanidad en nombre de un progreso que se volvió regresión.
Este escenario es poco prometedor para los jóvenes, que son parte de los segmentos de la población más afectados por la desigualdad social, las políticas de ajuste económico neoliberales y la falta de efectividad de las políticas sociales, por lo tanto los efectos de la violencia se agudizan, capturando escenarios proclives para el juvenicidio que se presenta en América Latina.
El juvenicidio inicia con la precarización de la vida de las y los jóvenes, la ampliación de su vulnerabilidad económica y social, el aumento de su indefensión ciudadana y la disminución de opciones disponibles para que puedan construir una plataforma reflexiva que acompañe la justa indignación que recorre diversos escenarios latinoamericanos caracterizados por el artero asesinato de personas que poseen identidades desacreditadas que les vuelven vulnerables frente a las fuerzas del Estado y frente a grupos paramilitares o del llamado crimen organizado.
Ofrecemos este trabajo colectivo con la intención de visibilizar la fuerte presencia del juvenicidio, incrementando en las últimas décadas en América Latina dentro del marco del capitalismo neoliberal, cuya presencia se expresa de manera clara en la limpieza social de jóvenes pobres, favelados, indígenas, afrodescendientes en Brasil así como políticas de crecimiento, las felas positivas en Colombia, la agresión contra integrantes de barrios y pandillas como ocurre en la Mara Salva Trucha y el Barrio 18 en Estados Unidos, Guatemala, El Salvador y Honduras, las víctimas del feminicidio y de la guerra contra el crimen organizado en México como los sucesos de Iguala, Guerrero donde se cometió un crimen de lesa humanidad que ha provocado amplia solidaridad internacional.
El Diplomado Juvenicidio y vidas precarias en América Latina, cierra su convocatoria el 8 de abril de 2019, para iniciar en mayo. Mayores informes y la convocatoria completa se encuentra disponible en www.colef.mx/uec