México ocupa una posición destacada en acceso abierto a nivel global, con un desempeño que supera significativamente el de países como Estados Unidos y China. En 2024, el 53% de la investigación mexicana fue publicada en modalidad de acceso abierto dorado o híbrido, superando el promedio global del 37% y el desempeño de Estados Unidos (35%) y China (34%). Este posicionamiento es particularmente notable considerando que se logra en un contexto de restricciones presupuestarias severas para la investigación científica.
El crecimiento de la producción científica mexicana también es excepcional: entre 2014 y 2024, México incrementó su volumen de investigación en 88%, una tasa que excede significativamente la de países desarrollados como Estados Unidos (21%), Reino Unido (27%) y el promedio global (70%). Este crecimiento es especialmente relevante dado que coincide con una reducción en el gasto en investigación y desarrollo desde 2010.
Marco regulatorio y políticas públicas
México fue uno de los primeros países en establecer políticas públicas de ciencia abierta. El país cuenta con un marco legal robusto que fundamenta estas iniciativas:
Fundamento legislativo:
- En mayo de 2014, se publicó un decreto que modifica la Ley de Ciencia y Tecnología, incluyendo el capítulo X “Del Acceso Abierto, acceso a la información científica, tecnológica y de innovación y del repositorio nacional”
- Se establecieron los Lineamientos Generales de Ciencia Abierta en 2017, implementados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT)
- Estos lineamientos aplican a toda investigación académica, científica, tecnológica e innovación financiada total o parcialmente con recursos públicos o que haya utilizado infraestructura pública
La definición oficial de ciencia abierta en México es: “la práctica que tiene como objetivo incrementar la accesibilidad de las investigaciones científicas, financiadas con recursos públicos, para todos los ciudadanos por medio de la diseminación máxima del conocimiento científico, tecnológico y de innovación”.
Infraestructura de repositorios
Repositorio Nacional:
México implementó una infraestructura centralizada de acceso abierto con el Repositorio Nacional, una plataforma digital que recopila metadatos de productos de información, recursos, datos y objetos digitales generados desde investigaciones en humanidades, ciencia, tecnología e innovación. Este repositorio opera mediante estándares internacionales que permiten buscar, leer, descargar textos completos, reproducir, distribuir, importar, exportar, identificar, preservar y recuperar información desde repositorios institucionales interoperables.
Programa estratégico:
La política de ciencia abierta en México se estructura en seis programas fundamentales: (1) Programa de Revistas, (2) Consorcio Nacional de Recursos de Información Científica y Tecnológica, (3) Programa de Repositorios, (4) Programa de Comunicación Pública de la Ciencia, (5) Sistema Integrado de Información sobre Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación, y (6) Programa de Conectividad.
Liderazgo regional:
México es el país de origen de tres portales de acceso abierto con impacto regional: Biblat, Latindex y Redalyc, que han contribuido a definir buenas prácticas para adopción de estándares de calidad en revistas científicas de la región. Además, participa activamente en La Referencia, una red federada conformada por diez naciones latinoamericanas que promueve políticas de acceso abierto.
Estado de los datos de investigación y principios FAIR
Aunque México ha avanzado significativamente en acceso abierto a publicaciones, el desarrollo de repositorios específicos para datos de investigación aún está en evolución. La transición hacia repositorios de datos de investigación que cumplan con los principios FAIR (Findable, Accessible, Interoperable, Reusable) es un desafío pendiente en el país.
CONACYT define los datos de investigación como “toda aquella información recolectada y utilizada para la investigación académica, científica, tecnológica y de innovación, con licencias que permitan su libre reutilización”. Los lineamientos específicos incluyen un apéndice sobre repositorios de datos, señalando la necesidad de que estos sean localizables, accesibles, interoperables y reutilizables.
Actores clave y contribuciones
UNAM como generador principal:
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) produce aproximadamente un tercio de toda la investigación mexicana. Los recientes acuerdos de “read & publish” (lectura y publicación) con editores internacionales, como el acuerdo con Taylor & Francis, amplían el alcance global y el impacto de la investigación mexicana.
Rol de bibliotecas e instituciones:
Las bibliotecas institucionales han promovido activamente el acceso abierto mediante la establecimiento de repositorios e institucionales e incorporación de revistas de acceso abierto. Universidad Autónoma del Estado de México, Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Baja California), y El Colegio de México figuran entre las instituciones con mayor consulta acumulada.
Desafíos principales
A pesar de su posicionamiento internacional, México enfrenta obstáculos significativos para consolidar su ecosistema de ciencia abierta:
Restricciones presupuestarias severas:
Desde 2017 ha habido cortes profundos en financiamiento de investigación. La financiación de CONACYT para proyectos se ha reducido drásticamente, con propuestas aceptadas financiadas al 70% de lo solicitado. En 2019, el financiamiento de centros de investigación apoyados por CONACYT disminuyó en un 50%, y el presupuesto general se redujo en 12%.
Limitaciones de infraestructura:
Aunque la ley requiere disponibilidad libre de investigación financiada públicamente, la región carece de infraestructura mínima suficiente, particularmente para datos de investigación. El financiamiento de repositorios digitales y bases de datos es un desafío recurrente en toda América Latina.
Barreras culturales y de reconocimiento:
Investigaciones regionales identifican como barreras primarias la resistencia cultural institucional (reluctancia a incorporar nuevas prácticas), restricciones financieras (incluyendo cargos por procesamiento de artículos), y falta de reconocimiento como métrica de carrera (contribuciones a ciencia abierta no se consideran en evaluaciones para fondos o promociones).
Reducción de capacidad investigadora:
La insuficiencia de fondos obliga a investigadores a usar recursos personales para reparaciones de equipo, cuotas de publicación, gastos de viaje y operacionales. Esto ha limitado colaboraciones internacionales y desalentado el interés de estudiantes en carreras científicas, generando preocupación sobre posible “fuga de cerebros”.
Gobernanza y cambios institucionales
Transformación de CONACYT (2023-2024):
El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) se transformó en el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT), incorporando explícitamente las humanidades. En noviembre de 2024, el nuevo gobierno estableció SECIHTI, el primer ministerio dedicado a la ciencia, incorporando CONAHCYT bajo su estructura.
Estos cambios buscan reforzar el control estatal sobre la planificación y financiamiento del conocimiento, fomentando vínculos entre ciencia, tecnología, humanidades y objetivos estratégicos de desarrollo. Aunque ha habido renovación de cooperación internacional después de un periodo de estancamiento, persisten incertidumbres sobre cómo los nuevos marcos regulatorios afectarán las prácticas de ciencia abierta.
Perspectivas de evaluación de datos abiertos
Según el Open Data Inventory (ODIN) 2024/2025, México ocupa la posición 29 entre los países evaluados, con una puntuación general de 76. La calificación combina una puntuación de cobertura de datos de 72 y una puntuación de apertura de datos de 80. México cuenta con marcos legales en materia de derechos a la información y privacidad de datos, y ha adoptado la Carta de Datos Abiertos y participa en la Alianza de Gobierno Abierto.
Síntesis
México representa un caso paradójico en ciencia abierta: posee un liderazgo mundial en acceso abierto a publicaciones, ha desarrollado marcos regulatorios pioneros y lidera iniciativas regionales en infraestructura de acceso abierto. Sin embargo, este progreso ocurre bajo severas limitaciones presupuestarias que comprometen la sostenibilidad de sus iniciativas. El país enfrenta desafíos específicos en la implementación de repositorios de datos de investigación alineados con principios FAIR y en la creación de sistemas que reconozcan y incentiven prácticas de ciencia abierta en evaluaciones de carrera científica. La reestructuración institucional reciente abre oportunidades para reactivar cooperación internacional pero también genera incertidumbre sobre la continuidad de políticas de acceso abierto.